Veamos si con un par de ejemplos el amigo Elb capta el matiz que diferencia los vocablos “obediencia” y “sumisión”.

«Aquella patrulla salió libre de la emboscada porque la “obediencia” de los soldados a las órdenes de su teniente fue absoluta».

Aquí no procede la palabra “sumisión”.

«Al llegar al siguiente poblado indígena, Cortés y los suyos no tuvieron que hacer uso de sus armas, ya que la “sumisión” de aquellos indios era absoluta».

Aquí no procede la palabra “obediencia”.

De nada, Elb.