La única y verdadera teología cristiana es lo que enseña el Evangelio que Jesucristo predicó. No hay otra teología cristiana. Pero religiones que se llaman cristianas enseñan interpretaciones religiosas de hombres que no se ajustan a lo que enseña el Evangelio. No hay que salirse de lo que enseña el Evangelio, pues todo lo que se sale del Evangelio de Jesucristo no es verdadera teología cristiana.
Mire Elizabet*, cuente la historia completa por favor.
23 !!Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque diezmáis la menta y el eneldo y el comino, y dejáis lo más importante de la ley: la justicia, la misericordia y la fe. Esto era necesario hacer, sin dejar de hacer aquello.
Job 19:25-27
"Yo sé que mi Redentor vive, y al fin se levantará sobre el polvo; y después de deshecha esta mi piel, en mi carne he de ver a Dios
Al cual veré por mí mismo,Y mis ojos lo verán, y no otro, Aunque mi corazón desfallece dentro de mí. "
Elisabet lo ha dicho bien, porque cualquier religión o persona que no tenga como enseñanza el Evangelio SE DEJA LO MAS IMPORTANTE DE LA LEY, pues el Evangelio es justicia y misericordia, por eso SIEMPRE ANDAMOS DICIÉNDOLE SOBRE TODO A KIMO, QUE DEBE PREDICAR EL EVANGELIO COMPLETO ( LEY Y MANDAMIENTOS).
No, fallaste con ese Nick. De hecho tus nicks se contradicen mucho. Normal, al ser el mismo personaje, es facil darse cuenta de lo que no sabe.
Si lo hubiera dicho bien, hubiese dicho:
23 !.. y dejáis lo más importante de la ley: la justicia, la misericordia y la fe...
Job 19:25-27
"Yo sé que mi Redentor vive, y al fin se levantará sobre el polvo; y después de deshecha esta mi piel, en mi carne he de ver a Dios
Al cual veré por mí mismo,Y mis ojos lo verán, y no otro, Aunque mi corazón desfallece dentro de mí. "
La enseñanza principal del evangelio es que
tanto amo Jehova Dios al mundo
que envió a su único hijo a morir por nuestros pecados
para que nosotros viviéramos eternamente
eso es misericordia.
(1 Juan 4:10)
El amor consiste en esto:
no en que nosotros hayamos amado a Dios,
sino en que él nos amó a nosotros
y envió a su Hijo como sacrificio de reconciliación por nuestros pecados.
LO QUE YO ENSEÑO NO ES MIO
PERTENECE AL QUE ME ENVIO” (Juan 7:16.)