El mismo Jesucristo te dice que Dios no quiere sacrificios, entonces Jesucristo no hizo ningún sacrificio porque eso no es del agrado de Dios, y Jesucristo hizo la voluntad de Dios y lo que era del agrado de Dios. Así que no llames tú sacrificio a lo que Jesucristo no llamó sacrificio.
A ti te digo igual que a Kimo. No llames tú sacrificio a lo que Jesucristo no llamó sacrificio.
Una cosa es que Jesucristo dejara que le hicieran todo aquello que le hicieron los que le mataron, y otra cosa es decir que Jesucristo se sacrificó a sí mismo e hizo un sacrificio, pues los sacrificios no son del agrado de Dios, y no son la voluntad de Dios, y Jesucristo hizo la voluntad de Dios.
Jesucristo dejó que le crucificaron los judíos pero Jesucristo no quería aquel sacrificio, pues sudó gotas de sangre cuando vio que le iban a crucificar. Entonces, ¿por qué dejó que le crucificaran?... Jesucristo se dejó crucificar para que se descubra que aquellos que imponen penas de muerte (sacrificios humanos), en muchas ocasiones matan a muchos inocentes. Y éste es el misterio de la muerte de Jesucristo. Y para que estas atrocidades no se volvieran a cometer, Jesucristo dio el mandamiento para todo el mundo que así dice: "NO MATARÁS". Y es que las penas de muerte son horrorosas ante los ojos de Dios.
Son muchas las naciones que han quitado las penas de muerte. Y es que los hombres de buena voluntad de estas naciones comprendieron que se mataban a muchos inocentes.
Se ve que tú no has entendido que Jesucristo dejó que le hicieran todo lo que le hicieron para dar una enseñanza de paz, de misericordia y de perdón, y para que sus hijos comprendamos que Dios no quiere la venganza ni que se haga daño ni que se mate a las personas.
Por eso Jesucristo nos enseñó los verdaderos mandamientos de Dios y abolió del Viejo Testamento todos los mandatos que ordenaban a los hombres hacer ojo por ojo, e imponer penas de muerte, guerras, genocidios, esclavitud y sacrificios.
Todos esos mandatos del Viejo Testamento que faltaban a la misericordia fueron abolidos por Jesucristo porque no eran de Dios sino mandatos de hombres.