Después de salir del arca, el cabeza de familia Noé ofreció a Jehová un sacrificio de acción de gracias
que fue “conducente a descanso” (calmante, tranquilizador),
y a continuación Jehová celebró el pacto del “arco iris” con Noé y su prole. (Gé 8:18-22; 9:8-16.)
Posteriormente leemos que los fieles patriarcas presentaron ofrendas a Jehová. (Gé 31:54; 46:1.)
Como cabeza de familia, Job desempeñaba la función de sacerdote para los suyos
y sacrificaba ofrendas quemadas a Dios a favor de ellos. (Job 1:5.)
El más notable y significativo de los sacrificios antiguos fue el intento de Abrahán de ofrecer a Isaac por mandato de Jehová.
Cuando Jehová observó la fe y la obediencia de Abrahán,
le proveyó bondadosamente un carnero en sustitución para el sacrificio.
Este acto de Abrahán prefiguró la ofrenda que Jehová haría de su Hijo unigénito, Jesucristo. (Gé 22:1-14; Heb 11:17-19.)
LO QUE YO ENSEÑO NO ES MIO
PERTENECE AL QUE ME ENVIO” (Juan 7:16.)