Esto ya no es adulterar, es hacer encaje de bolillos adulterando.
La profecía frankenstein.
En rojo las palabras que toma Mateo


"Así se cumplió lo dicho por medio del profeta Jeremías: Tomaron las treinta monedas de plata, que fue el precio de aquel a quien tasaron los israelitas, 10 y compraron con ellas el campo del alfarero, de acuerdo con lo que el Señor me había ordenado".
(Mateo 27:9-10 La Palabra (España))

“Yo les propuse:
— Si os parece bien, dadme mi salario; y si no, dejadlo.
Entonces pesaron lo que me correspondía como salario y me dieron treinta siclos de plata. 13 El Señor, por su parte, me dijo:
— Echa al tesoro [del Templo] ese buen precio en que me han valorado.
Tomé los treinta siclos de plata y los eché en el tesoro del Templo del Señor”.
(Zacarías 11:12-13 La Palabra (España))

“Jeremías le había respondido:
— Yo he recibido la palabra del Señor en estos términos: 7 Janamel, hijo de tu tío Salún, vendrá a decirte: “Compra mi campo de Anatot, porque tuyo es el derecho de rescatarlo mediante compra””.
(Jeremías 32:6-7 La Palabra (España))

"Palabra que recibió Jeremías de parte del Señor:
2 — Anda, baja a la casa del alfarero, que allí te transmitiré mis palabras.
3 Bajé a la casa del alfarero en el momento en que estaba trabajando en el torno. 4 Cuando le salía mal la vasija de barro que estaba torneando, se ponía a hacer otra, tal como a él le parecía. 5 Me llegó entonces la palabra del Señor en estos términos:
6 — ¿No puedo yo trataros igual que este alfarero, pueblo de Israel? Pues lo mismo que el barro en manos del alfarero, también vosotros estáis en mi mano, pueblo de Israel. 7 Si en algún momento yo hablo de arrancar, arrasar y destruir un pueblo y un reino, 8 pero resulta que ese pueblo se convierte de su maldad, entonces también yo me arrepentiré del mal que había decidido hacerle. 9 Y si en otro momento yo hablo de construir y plantar un pueblo y un reino, 10 pero resulta que ese pueblo hace lo que me parece mal, no escuchando mi voz, entonces me arrepentiré del bien que había prometido hacerles. 11 Y ahora habla así a la gente de Judá y a los habitantes de Jerusalén: “Así dice el Señor: Yo soy el alfarero y estoy dando forma a una desgracia y meditando un plan contra vosotros. Que cada cual se convierta de su mala conducta y mejore su conducta y sus acciones”. 12 Seguro que te dicen: “Nada de eso, seguiremos nuestros planes, actuaremos según nuestro perverso y obstinado corazón”.
(Jeremías 18:1-12 La Palabra (España))