Pero no debes olvidar que cuando Jesucristo habla de la abominación de la desolación dice: el que lee entienda. Lo que se lee es la escritura, que también es el lugar santo cuando la escritura enseña la verdadera Palabra de Dios y los verdaderos mandamientos de Dios. Y cuando se cambia la ley de Dios en las Escrituras, entonces la abominación de la desolación se encuentra en el lugar santo.