Tú nunca escuchas lo que se te dice. O quizás no lo has leído. Anda, léelo y medítalo bien:
"La sangre de Jesús es la sangre del Nuevo Pacto porque Jesús dio su vida para enseñar los mandamientos del Nuevo Pacto, que son los mandamientos que Jesús nos enseñó cuando predicó el Evangelio, que dejaron anulados los mandatos del Viejo Testamento que solo eran mandatos de hombres, mandatos que ordenaban a los hombres esclavitud, sacrificios, penas de muerte, guerras y masacres de pueblos enteros.
Los mandamientos que Jesús nos enseña en el Evangelio son los que realmente había dado Dios desde siempre y para siempre, por eso Jesús era la Luz que luce en las tinieblas y que daba vista a los ciegos que estaban confundidos con muchos mandatos de muerte del Viejo Testamento. Pero los mandamientos que Jesús enseñó no los aceptaron los fariseos, pues ellos tenían como si fueran mandamientos de Dios todos los mandatos del Viejo Testamento que Jesús había anulado con sus enseñanzas del Evangelio. Por eso Jesús dijo:
Juan 9:39
Dijo Jesús: Para juicio he venido yo a este mundo; para que los que no ven, vean, y los que ven, sean cegados.
9:40 Entonces algunos de los fariseos que estaban con él, al oír esto, le dijeron: ¿Acaso nosotros somos también ciegos?
9:41 Jesús les respondió: Si fuerais ciegos, no tendríais pecado; mas ahora, porque decís: Vemos, vuestro pecado permanece.
Entonces, el pecado es no aceptar los mandamientos de Jesús y seguir teniendo como si fueran mandamientos de Dios los mandatos del Viejo Testamento que Jesucristo anuló."