Las leyes judías mandan esos sacrificios, pero esos sacrificios no son de Dios porque Jesucristo los abolió. Jesucristo no había venido a abolir la verdadera ley de Dios. Las leyes del Viejo Testamento que Jesucristo abolió solo era preceptos de hombres. Por eso te dice la Escritura que Jesucristo no vino a abolir la ley de Dios, sino a darla a conocer plenamente
Algún día te entrará en la cabeza que todos los mandamientos que Jesucristo abolió el Viejo Testamento solo eran preceptos de hombres. Jesucristo vino a enseñarnos la verdadera ley de Dios y los verdaderos mandamientos de Dios, que son los mandamientos del Evangelio.