En el corazón se lleva, aparte de sangre, lo que nos hayan inculcado nuestros padres.
No somos dueños de muchas de nuestras creencias.
Vivimos hipotecados religiosamente.
En el corazón se lleva, aparte de sangre, lo que nos hayan inculcado nuestros padres.
No somos dueños de muchas de nuestras creencias.
Vivimos hipotecados religiosamente.
La Verdad nos hará libres.
“Desde la infancia has conocido los santos escritos,
que pueden hacerte sabio para la salvación”
(2 Timoteo 3:15).
Los padres aún eran los principales educadores, los responsables de la educación de sus hijos.
(Éx 12:26, 27; Dt 4:9; 6:7, 20, 21; 11:19-21.)
Los judíos consideraron desde el mismo principio de su historia que la educación espiritual,
moral y mental de los hijos era uno de los principales deberes de los padres.
El padre de Sansón, Manóah, pidió la guía de Dios para educar a su hijo. (Jue 13:8.)
Aunque el padre era el instructor principal,
la madre también enseñaba, sobre todo animando al hijo a seguir la instrucción y disciplina que el padre le daba.
(Pr 1:8; 4:1; 31:26, 27.)
Los padres sabían que si los hijos recibían una buena educación en la juventud,
no se apartarían de ella en años posteriores. (Pr 22:6.)
LO QUE YO ENSEÑO NO ES MIO
PERTENECE AL QUE ME ENVIO” (Juan 7:16.)
Se nace sin saber nada, se nace sin nada.
Jehová Dios manda que entre el padre y el hijo exista una estrecha relación de enseñanza:
“Y estas palabras que te estoy mandando hoy tienen que resultar estar sobre tu corazón;
y tienes que inculcarlas en tu hijo
y hablar de ellas cuando te sientes en tu casa
y cuando andes por el camino
y cuando te acuestes
y cuando te levantes”.
(Deuteronomio 6:6, 7.)
De este modo no se abre ninguna brecha entre generaciones.
LO QUE YO ENSEÑO NO ES MIO
PERTENECE AL QUE ME ENVIO” (Juan 7:16.)
Nadie nace sabiendo nada, ni creyendo nada, cierto. Pero eso no significa que Dios no exista, NO.
Por ejemplo, un bb no sabe tampoco el nombre de sus Padres, es pues un conocimiento adquirido, y que en el transcurso de adquirir ese conocimiento nunca significo que los Padres no tengan nombres , o que sus nombres no existan.
Por eso mismo Jehova manda a inculcar su palabra en el niño
y hablarles cuando te levantes cuando te acuestas y en todo momento
(Deuteronomio 6:6, 7) Estas palabras que te estoy mandando hoy tienen que estar en tu corazón,
7?y tienes que inculcarlas en tus hijos y hablar de ellas cuando te sientes en tu casa,
cuando andes por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes.
LO QUE YO ENSEÑO NO ES MIO
PERTENECE AL QUE ME ENVIO” (Juan 7:16.)