Vayan y hagan discípulos de gente de todas las naciones (Mat. 28:19).

Todos los siervos fieles de Dios deseamos
aprender a cumplir plenamente con la obra que se nos ha encomendado (2 Tim. 4:5).

Al fin y al cabo, es la más importante y urgente que existe.

No obstante, puede resultarnos difícil dedicarle tanto tiempo como nos gustaría.

Otras actividades importantes nos consumen mucho tiempo y energías.

Tal vez tengamos que trabajar muchas horas al día para mantener a nuestra familia.
O puede que tengamos que lidiar con otras responsabilidades familiares o con la enfermedad,
la depresión o los achaques de la edad.

No debemos desanimarnos si nuestras circunstancias limitan la cantidad de tiempo
que dedicamos al servicio a Jehová.

Jesús sabía que no todos seríamos capaces de producir la misma cantidad de fruto del Reino (Mat. 13:23).
Jehová valora muchísimo todo lo que hacemos en su servicio, siempre y cuando sea lo mejor (Heb. 6:10-12).