Última edición por Lusowisky; 03-jul.-2020 a las 02:53
"El amor hace que todos espejos seamos, por eso más recibimos cuanto más damos".- Rahwananda.
Yo creo que la gente ya hasta perdió de vista que es el amor, y se va detrás de palabras bonitas, gente que les muestra lo que quieren ver.
El Maestro es un ejemplo de verdadero amor, que viviendo en un planeta glorioso encarnó en este loquero para dar a conocer la verdad, lo que le costó la vida.
En el post 622 comento lo singular que resulta el evangelista Mateo, narrando pasajes que omiten los otros tres evangelistas.
-Los tres magos de oriente.
-Estrella que les guía.
-Matanza de los niños inocentes.
-Huida a Egipto.
-Resurrección de muchos justos a la muerte de Jesús.
Hoy voy a comentar otro pasaje que solamente lo narra Mateo: La guardia que se puso en el sepulcro de Jesús.
Los otros tres evangelistas, ni cuando narran la visita al sepulcro de las mujeres el día de la resurrección, hacen mención a los guardias.
Veamos lo que dice Mateo:
“Y al día siguiente, que es después de la preparación, se reunieron los principales sacerdotes y los fariseos ante Pilato, 63 y le dijeron: Señor, nos acordamos de que aquel engañador dijo, viviendo aún: Después de tres días resucitaré. 64 Manda, pues, que se asegure el sepulcro hasta el tercer día; no sea que vengan sus discípulos de noche, y lo hurten y digan al pueblo: Resucitó de entre los muertos. Y será el postrer error peor que el primero. 65 Y Pilato les dijo: Ahí tenéis una guardia; id, aseguradlo como sabéis. 66 Entonces ellos fueron y aseguraron el sepulcro, sellando la piedra y poniendo la guardia.” (Mateo 27:62-66)
Por lo que nos cuentan los últimos capítulos de los evangelios, no pasó por la cabeza de ningún seguidor de Jesús que éste pudiera resucitar.
Resulta curioso que sí lo tuvieran en cuenta los menos indicados: “los principales sacerdotes y los fariseos”. Estos sí tuvieron presentes las palabras de Jesús de que resucitaría.
Seguimos con Mateo:
“Y PASADO el día de reposo, al amanecer del primer día de la semana, vinieron María Magdalena y la otra María a ver el sepulcro. 2 Y he aquí, hubo un gran terremoto, porque un ángel del Señor, descendiendo del cielo y acercándose al sepulcro, removió la piedra y se sentó sobre ella. 3 Y su aspecto era como un relámpago, y su vestido blanco como la nieve. 4 Y de miedo a él los guardias temblaron y se quedaron como muertos.”
(Mateo 28:1-4)
Como es costumbre en Mateo, no podía faltar el consabido terremoto, ocasionado por un ángel con aspecto de relámpago, que removió la piedra, y cuya presencia dejó a los guardias como muertos.
Seguimos con Mateo:
“Y mientras ellas iban, he aquí unos de la guardia fueron a la ciudad y dieron aviso a los principales sacerdotes de todas las cosas que habían acontecido. 12 Y reunidos con los ancianos, y habiendo deliberado, dieron mucho dinero a los soldados, 13 diciendo: Decid: Sus discípulos vinieron de noche y lo hurtaron mientras dormíamos. 14 Y si esto llega a oídos del gobernador, nosotros le persuadiremos y os pondremos a salvo. 15 Y ellos, tomando el dinero, hicieron como habían sido instruidos; y este dicho se ha divulgado entre los judíos hasta el día de hoy.” (Mateo 28:11-15)
Vista la narración de Mateo, yo me pregunto si en los tiempos de Jesús había en Israel alguna persona un poco decente (o al menos, normal).
Hace falta tener pocos escrúpulos para soltar una historia tan absurda.
¿Acaso no vieron los soldados algo extraordinario?
¿Ignoraban que estaban allí porque el enterrado había dicho que resucitaría?
¿Todos eran mezquinos y fáciles de sobornar?
¿Ignoraban que el dormirse en la guardia conlleva pena de muerte?
Y no digamos de los principales sacerdotes y ancianos.
¿Todos eran malos?
¿Ninguno vio que lo que decían los guardias era el cumplimiento de las palabras de Jesús?
No me extraña que el pasaje de la guardia sea omitido por los otros evangelistas.
Es una historia muy burda; absurda.
Y sin pretenderlo, Mateo nos indica cómo fue la “resurrección de Jesús.”
La Verdad nos hará libres.
Siempre he pensado que hubiera sido más provechoso para la causa, que Jesús hubiera enseñado las llagas de sus manos y sus pies a Pilato, o a Caifás, en lugar de a Tomás.
Seguro que el cristianismo se hubiera ahorrado muchos mártires.
También veo poco práctico el derroche celestial narrado por Lucas.
No lo digo por los pastores, a los que respeto; pero por muchos que fueran, no pasarían de una treintena. Esa misma multitud de las huestes celestiales sobre la ciudad de Jerusalén, al erario divino le habría costado lo mismo, y los efectos hubieran sido mucho mayores.
Años después, cuando Jesús decía que era el Hijo de Dios y no le creían, le hubiera bastado con decir: “¡Acordaos de la noche del concierto celestial!”.
Se me puede argumentar que quien soy yo para criticar los planes de Dios. Pero lo cierto es, que no termino de entender para qué me fue dada la razón (el pensar). Si no la uso, poco me diferencio del burro que está sacando agua de una noria.
“Y dio a luz a su hijo primogénito, y lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón. 8 Y había pastores en la misma región, que velaban y guardaban las vigilias de la noche sobre sus rebaños. 9 Y he aquí, se les presentó un ángel del Señor, y la gloria del Señor los rodeó de resplandor; y tuvieron gran temor. 10 Pero el ángel les dijo: No temáis, porque he aquí os doy nuevas de gran gozo, que serán para todo el pueblo: 11 que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es CRISTO el Señor. 12 Y esto os servirá de señal: Hallaréis al niño envuelto en pañales, acostado en un pesebre.
13 Y repentinamente apareció con el ángel una multitud de las huestes celestiales, que alababan a Dios y decían: 14 ¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!” (Lucas 2:7-14)
La Verdad nos hará libres.
Si echamos un vistazo a la historia, podemos comprobar que la religión siempre ha estado presente en el devenir de los pueblos.
A todo lo que se desconocía su origen, era considerado procedente de los dioses. Así pues, los eclipses, terremotos, truenos, relámpagos, etc., eran manifestaciones divinas.
Con el paso del tiempo, hemos ido sabiendo que todo esto nada tiene que ver con la divinidad; se debe a efectos naturales.
Es verdad que todavía el hombre desconoce el origen de muchas cosas, y, como siempre, haya personas que esta parte desconocida la atribuyan a Dios.
Yo rogaría a esas personas, que están en su derecho de atribuir a Dios lo que ahora nos es desconocido, que piensen que les puede pasar lo que a nuestros antepasados: Que veían dioses donde simplemente estaba nuestra madre. La Naturaleza.
La Verdad nos hará libres.
Así se lo sugieras, te responderán ¿crees que soy tonto?
Luego te dirán ¿y de dónde salió nuestra madre, La Naturaleza?.
Encuentro interesante las reacciones de las personas creyentes, y también las de las personas ateas.
He visto lumbreras y bostas en todos los ambientes.
Lo que sí he observado que los "verdaderos" creyentes no entran en discusiones banales.
Mi cuñada, muy creyente, cuando se la enfrenta con preguntas de esa naturaleza, simplemente sonríe.
Y, cuando alguien le preguntó ¿y si se demuestra histórica y arqueológicamente que Jesús no resucitó porque se encontró su cadaver?
(ella es licenciada en historia), respondió "cuando lo demuestren conversemos nuevamente".
Su argumento "yo me creo el cuento (con esas palabras), soy feliz con el cuento, me ha ido bien con el cuento, no molesto a nadie con mi cuento, y no me hiches más las pelotas, así yo no esté provista de ellas".
Le preguntas "crees que es La Verdad", y te responde Si. Y, enseguida te advierte "yo lo creo, y tú ¿crees que es falso?".
Jamás comprenderás la inmensidad de La Nada.
La Verdad nos hará libres.