Un ejemplo de lo que se puede llegar a sufrir en una recepción telepática muy intensa:
A lo mejor la respuesta se encuentra en aquello de: "El mundo es mucho más largo y ancho de lo que pueda caber en nuestra cabeza".
Acostumbrado a ir a la cama entre once, doce de la noche, e incluso bastante más tarde, un día me fuí a la cama a las nueve, y por primera vez en mi vida, puse una estufa eléctrica en la habitación. Desde luego que lo encontré algo anormal, pero como parecía que ya se iba acercando el invierno y que pintaba que podría ser una noche bastante fría, no le di más importancia.
Sería alrededor de las dos de la mañana cuando me desperté, después de haber estado "soñando" que me encontraba en una especie de charco en una cavidad bastante profunda, con un frío tan intenso que me estaba helando todo el cuerpo, y como según parece tenia la cadera derecha dislocada (rota) el dolor era terrible. Me daba cuenta que me estaba muriendo con el cuerpo helado y que no me quedaba mucho tiempo. De una parte quería pedir auxilio y de otra, me decía a mi misma de que podía servir si ya llevaba horas gritando y lo único que se oía como respuesta eran un par de perros de una casa que se encontraba a varios cientos de metros de distancia. El dolor y la desesperación eran inexplicables.
Una vez despierto, por más que hice para intentar salir de esta situación o estado de la mente, me fué imposible. Me agarraba la piel de las piernas y me la retorcía tan fuerte como podía... me pegada bofetadas... Mi mujer se despertó y me preguntó que me pasaba, le dije que no se preocupara que había tenido un mal sueño y que intentara dormir. Yo continuaba siendo aquella mujer que se estaba muriendo de dolor y de frío (y yo tambien). Miré la temperatura de la habitación... estábamos a 30º... Hasta que la pobre mujer no se murió, no me despareció aquel estado de dolor y de desesperación.
A la mañana siguiente, nos llama el suegro diciendo que una familiar no había dormido en casa y que no sabían donde estaba. Una vez colgado el teléfono, le dije a mi mujer: como hoy no tenemos nada que hacer, si te parece los vamos a ver (hay unos 45 kms.) y así estarán más tranquilos. Nos fuímos, y por el camino, empecé a prepararla para que supiera que aquella familiar estaba muerta. Cuando llegamos, estaba el suegro y dos familiares más, preguntándose que habría que hacer. Yo les dije enseguida que mientras no apareciera, buscáramos en los lugares en donde podía haber algo de agua. Mi suegro dijo que no sabía en donde buscar pués en aquel pueblo no hay ni rios, ni torrentes, ni riachuelos... Les dije que era igual y que buscáramos ahi donde podría haber un poco de agua. Más bien a regañadientes, pero como querían hacer algo y tampoco sabían que... empezamos a buscar.
Llegado el mediodía y no haberla encontrado, les pregunté donde se encontraba la casa del alcalde, y hacia ahí me dirigí. Le comunique la desaparición, y él, medio sonriendo dijo que como la mujer tenía família en otros pueblos de los alrededores, ahí debía estar. Le cogí por el brazo y le dije muy serio: esta mujer está muerta y hay que encontrarla lo más pronto posible. Se ve que lo dije muy convencido, pués mandó al alguacil a hacer un pregón para que toda la gente del pueblo que pudiera y quisiera, fuera a ayudar a encontrar a esa mujer. A la media hora, ya la habían encontrado. Fuí al lugar, que se encontraba entre campos, había una falla en el terreno de unos cuatro metros de profundidad, y al fondo se encontraba una especie de charco de un par de metros de diámetro por un metro y algo de profundidad... y ahí se encontraba esta mujer que solo le salía la cabeza del agua.
Más tarde se supo que los perros de una casa de payés estuvieron muchas horas ladrando. Y lo que había pasado era que el marido que había ido al huerto y luego al café con los amigos, la mujer no lo sabía, y como se hacía de noche, temió que no le hubiera pasado algo y fué a buscarlo... con tan mala pata, que al no haber luz suficiente, no se percato que estaba cerca de aquella falla del terreno que servía de cañaveral... pero que habían cortado las cañas, tropezó con las partes cortadas... y al caer se rompió la cadera... que en definitiva fué la causa de que no pudiera salir de ahí... (pero de eso los forenses no dijeron nada, pués seguramente ni se percataron).
Saludos.- Rahwananda.
PD. Se ve que la memoria del dolor de la cadera rota (que era muy fuerte) quedó grabado en mi subconsciente, y durante más de veinte años, cada vez que agarraba un poco de frío... me entraba tal intenso dolor, que me hacía ver la madrina, las estrellas y todo el universo... jeje.
"El amor hace que todos espejos seamos, por eso más recibimos cuanto más damos".- Rahwananda.