Una guerra NO ES un accidente.
Para defenderse no hace falta matar a nadie; muchos pueblos de la antigüedad resolvían las amenazas de guerra mediante tratos, y hoy se siguen haciendo. Los gabaonitas comprometieron a Josué de no hacerles daño con un ardid, y cuando él entró en Canaán tuvo que dejarlos vivir por su promesa. Ellos no tuvieron que guerrear, porque buscaron una forma de evitarlo (Jos. 9). A las personas a las que Dios realmente no les importa, no les interesa evitar violar sus leyes ... y se justifican.
2Tim.3:13 (...) los hombres inicuos e impostores avanzarán de mal en peor, extraviando y siendo extraviados.
Dan.11:33 Y tocante a los que tienen perspicacia entre el pueblo, impartirán entendimiento a los muchos. (...)
... 12:10 Muchos se limpiarán y se emblanquecerán y serán refinados. Y los inicuos ciertamente actuarán inicuamente, y absolutamente ningún inicuo entenderá; pero los que tengan perspicacia entenderán.