Hola tuya desde 1989.

Pues prueba lo contrario.
Consigue un cinturón de cuero macizo y firme, y cuando se encuentren la próxima vez, así, como si nada, agarras el cinturón doblado en dos.
Él no pensará nada.
Ahí le das una docena de azotes en el culo, y le ordenas a hacerte lo que se te ocurra en el momento, con voz firme, de fiera.
Y si te gusta lo que sucedió, tal vez esos sean los roles de juego que debiesen practicar.

Hay una máxima en ingeniería que dice
"si no puedes resolver un problema, intenta resolver el problema dual".
... y aunque no lo creas, funciona incluso en el sexo.