Yo, Jehová, soy Aquel que te enseña
para que te beneficies a ti mismo (Is. 48:17).
Los padres tratan de inculcar buenos principios en sus hijos.
Si los hijos deciden seguir los principios que les enseñaron sus padres,
será más probable que no se lamenten de las decisiones que tomen y,
como consecuencia, se libren de muchos problemas y preocupaciones.
Como buen padre que es, Jehová quiere que a sus hijos les vaya lo mejor
posible en la vida (Is. 48:18). Por eso, nos inculca principios
fundamentales sobre cómo comportarnos y cómo tratar al prójimo.
En temas como estos, nos invita a pensar como él y tener sus mismos valores. ¿Limita eso nuestra capacidad de pensar por nosotros mismos?
Al contrario, la aumenta y la agudiza (Sal. 92:5; Prov. 2:1-5; Is. 55:9).
Nos ayuda a tomar decisiones que nos hacen felices
y nos deja espacio para nuestras preferencias personales (Sal. 1:2, 3).
No hay duda de que pensar como Jehová nos beneficia.
LO QUE YO ENSEÑO NO ES MIO
PERTENECE AL QUE ME ENVIO” (Juan 7:16.)