Jesucristo citaba la Torah, y eso hacía rabiar a los fariseos, porque la interpretaba en maneras que a ellos nunca se las habría ocurrido pensar.
Lo consideraban ofensivo y blasfemo.
Pero Jesús citaba la Torah porque creía en ella. Baháulláh creía en la Biblia y el Corán y los citaba libremente.
Que mis post te ofendan (me dices que te es ofensivo) es un asunto delicado que entiendo, y que espero sea el primer paso de un proceso que te llevará de la consternación a la alegría.
Te dejaré de escribir por un buen tiempo, amigo Eli.
Dios se queda contigo, como se queda conmigo, operando su único y más grande milagro.