Los apóstoles no tuvieron reparos
en hablar de Jesús y de Dios
como entidades claramente distintas y separadas:


Para nosotros no hay más que un solo Dios, el Padre,
[...] y un solo Señor, Jesucristo”. (1 Corintios 8:6, BJ.)

El apóstol Pablo señala la distinción
cuando menciona la “presencia de Dios, de Cristo Jesús
y de los ángeles escogidos
”. (1*Timoteo 5:21, BJ.)

Tal como en lo que escribe Pablo
distingue entre Jesús y los ángeles en el cielo,
lo mismo hace con relación a Jesús y Dios
.