Jesús abolió la ley que mandaba a los hombres matar a las personas. Y la abolió cuando nos dio entender que nadie tiene autoridad para matar a las personas porque todos los hombres son pecadores.
Aquella ley queda abolida también con el ejemplo de Jesús, pues Él, que era el único libre de pecado, tampoco condenó a la mujer ni cumplió la ley de matarla a pedradas como mandaba aquella ley el Antiguo Testamento que los judíos querían aplicar contra la mujer que decían que había cometido adulterio.
Entonces, debes comprender que el Evangelio enseña que Jesús abolió las leyes del Antiguo Testamento que mandaban a los hombres matar a las personas por diversas causas.