LAS CARTAS ATRIBUIDAS A PABLO DICEN QUE NO ESTAMOS BAJO LA LEY

Aquellos que quieren hacer olvidar los mandamientos de Jesucristo, reduciéndolo todo a un solo mandamiento expuesto a diversas interpretaciones, también usan las cartas atribuidas a Pablo para decir que los cristianos no estamos bajo la Ley sino bajo la gracia... Pero ¿es cierto esto?... Las cartas así dicen:

"no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia" (Romanos 6:14)

¿Cómo es que no estamos bajo la Ley si Jesucristo dice: "si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos" (Mateo 19:16-24)? ... Explicaremos este punto difícil de las cartas conforme a lo que nos enseña Jesucristo en el Evangelio:

Cuando Pablo dice que no estamos bajo la ley, se refería a que ya no estamos bajo las leyes judías del viejo testamento, leyes que mandaban penas de muerte, guerras, genocidios, esclavitud, y también muchos sacrificios que Dios no había mandado... Por eso decía Pablo que ya no estamos bajo la ley (las leyes judías del viejo testamento)...

Y cuando las cartas dicen que ahora estamos bajo la Gracia, se refería que los cristianos ahora estamos bajo los misericordiosos mandamientos de Jesucristo, porque la Gracia es la misericordia de Dios derramada sobre sus hijos. Jesucristo nos habla sobre la Ley y la Gracia y así nos dice:


"todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos; porque ésta es la ley y los profetas". (Mateo 7:12)


Como vemos, Jesucristo nos dice que ésta es la Ley. Y guardar la Ley misericordiosa de Jesucristo es estar en la gracia, porque la gracia es la misericordia de Dios derramada sobre sus hijos en todos sus mandamientos. pues así dice Jesucristo:

"Y como queréis que hagan los hombres con vosotros, así también haced vosotros con ellos. Porque si amáis a los que os aman, ¿qué gracia tenéis? Porque también los pecadores aman a los que los aman. Y si hacéis bien a los que os hacen bien, ¿qué gracia tenéis? Porque también los pecadores hacen lo mismo. Y si prestáis a aquellos de quienes esperáis recibir, ¿qué gracia tenéis? Porque también los pecadores prestan a los pecadores, para recibir otro tanto. Amad, pues, a vuestros enemigos, y haced bien, y prestad, no esperando de ello nada; y será vuestro galardón grande, y seréis hijos del Altísimo; porque él es benigno para con los ingratos y malos. Sed, pues, misericordiosos, como también vuestro Padre es misericordioso". (Lucas 6:31-36)


La gracia, que es la misericordia de Dios derramada en todos los mandamientos de Jesucristo, también nos dice:


"Si hubierais comprendido qué quiere decir: "Misericordia quiero, y no sacrificios", no condenaríais a los inocentes" (Mateo 12:7 )

"Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo". (Mateo 22:34-40)

El Señor no mandó que se mate a las personas que cometen faltas, sino que se les perdone, pues el Evangelio así nos dice:

"Entonces se le acercó Pedro y le dijo: Señor, ¿cuántas veces perdonaré a mi hermano que peque contra mí? ¿Hasta siete? Jesús le dijo: No te digo hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete". (Mateo18:21-22)

"Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial; mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas". (Mateo 6:14)

"Y cuando estéis orando, perdonad, si tenéis algo contra alguno, para que también vuestro Padre que está en los cielos os perdone a vosotros vuestras ofensas. Porque si vosotros no perdonáis, tampoco vuestro Padre que está en los cielos os perdonará vuestras ofensas". (Marcos 11:25-26)


"No juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados". (Lucas 6:37)

"Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado". (Marcos 16:15-16).

"Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén". (Mateo 28,19-20).