Elisabet*:
¿Es usted la abogada personal de Roberto0...?
Dispénseme, pero él no se esfuerza por amar a alguien que no sea de su propio credo. Basta con leer la manera tan despectiva con que se refiere a algunas confesiones ajenas a la suya.
Además la Ley del Cristo no es sinónimo de los diversos preceptos de la Ley Mosaica que incluyó en su último comentario, sencillamente porque todavía no se me ha demostrado que Jesucristo y Jehová Dios sean la misma personas y, por tanto, el mismo Autor de ambas legislaciones.