No piensen que vine a poner paz en la tierra;
no vine a poner paz, sino espada (Mat. 10:34).


Jesús sabía que sus enseñanzas dividirían a la gente y que sus discípulos necesitarían valor porque sufrirían oposición. El objetivo de Jesús era “dar testimonio acerca de la verdad”, no dividir a la gente (Juan 18:37). Pero eso es lo que podría pasar. Así que Cristo deseaba enseñar que a veces sería difícil ser su discípulo, sobre todo cuando amigos o familiares cercanos rechazaran la verdad. Para ser dignos del Cristo, sus seguidores han tenido que soportar las burlas y hasta el rechazo de sus familias. Pero han ganado mucho más de lo que han perdido (Mar. 10:29, 30). Si nuestros familiares se oponen a que le sirvamos a Jehová, no dejamos de amarlos por ello. Pero debemos recordar que lo primero para nosotros tiene que ser nuestro amor a Dios y a Cristo (Mat. 10:37). También debemos recordar que Satanás tratará de usar el cariño que sentimos por nuestra familia para que le seamos desleales a Jehová.
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