Jesús clamó:
¡Dios mío, Dios mío! ¿por qué me has abandonado?”.
(Marcos 15:34, BJ.) ¿A quién clamó Jesús?
¿A sí mismo o a una parte de sí mismo?
De seguro ese clamor: “Dios mío”
no provino de alguien que se considerara Dios.


Y si Jesús fuera Dios, entonces,
¿quién lo había abandonado?
¿Se abandonó a sí mismo?
Eso no tendría sentido.

Jesús dijo también:
“Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu
”.
(Lucas 23:46.)

-Si Jesús fuera Dios,
¿por qué habría de encomendar su espíritu al Padre?