Sin embargo, ellos no sabían qué era lo malo y lo bueno, pues no habían comido del fruto del árbol del bien y del mal.También les pidió que respetaran sus normas respecto a lo bueno y lo malo (Gén. 2:16, 17)
En otras palabras, eso que Dios les pidió a Adán y Eva, es una petición que ellos no podían comprender.
Es como si a alguien, que no sabe nada de física, le pidan algo relativo a las leyes de la mecánica cuántica.