Los testigos de Jehová celebramos la Conmemoración de la muerte de Jesucristo solo una vez al año, el mismo día que Jesús la instituyó. Esta celebración estaba ocupando el lugar de la Pascua judía, pues justo unos momentos antes de Jesús comer el pan y beber el vino con sus discípulos significando su muerte, ellos habían estado celebrando la comida de la Pascua.
En la Pascua judía, ordenada por Dios a los israelitas cuando fueron liberados de Egipto, se mataba un cordero y se celebraba una comida especial, recordando el día de esa liberación, y que en Egipto, el último día de estar allí, ellos habían tenido que untar la sangre de un cordero sobre los marcos de sus puertas y dinteles, para que el ángel destructor no hiriera a sus primogénitos.
Ese cordero no era más que una ilustración del Cordero que sería degollado muchos años después, para que muchas personas fueran libradas de la destrucción futura debido a todos sus pecados y rebeldía contra nuestro Creador y Padre. En la Conmemoración de la muerte de Jesús se celebra ya no la liberación de los israelitas de Egipto, como en la Pascua judía, sino el sacrificio de Jesús y el haber ofrecido su sangre para poder librarnos de la esclavitud al pecado, que nos convertía en condenados a muerte. Ya no tenemos que ser muertos si ponemos fe en la sangre de Jesús ... No hace falta que seamos personas "perfectas", ni NADIE lo puede ser. Los israelitas librados de Egipto no eran perfectos ni eran personas con méritos especiales por sus obras, ni nada que se le parezca. De hecho, ni siquiera tenían una ley, así que hacían muchas cosas que según la ley posterior fueron pecados graves y luego en el desierto fueron muy rebeldes, al punto que Jehová los hizo vagar por 40 años y esa generación murió casi completa antes de entrar en la tierra de la promesa. Lo único que tuvieron que hacer fue confiar en lo que se les había dicho y sacrificar el cordero y untar la sangre en las puertas, y fue solo así que libraron sus vidas.
Es lo mismo que sucede hoy, pero ya no tenemos que matar un cordero como hacen los judíos, porque ahora estamos celebrando que todos, aunque imperfectos, tenemos una oportunidad de salvarnos y reconciliarnos con Dios por el mérito de la sangre de Jesús, aunque no seamos judíos, porque esta salvación es para personas de todas las naciones. Por eso asistir a esta celebración es un gran gesto de agradecimiento a nuestro Dios y a Su Hijo, el Cordero de Dios.
2Tim.3:13 (...) los hombres inicuos e impostores avanzarán de mal en peor, extraviando y siendo extraviados.
Dan.11:33 Y tocante a los que tienen perspicacia entre el pueblo, impartirán entendimiento a los muchos. (...)
... 12:10 Muchos se limpiarán y se emblanquecerán y serán refinados. Y los inicuos ciertamente actuarán inicuamente, y absolutamente ningún inicuo entenderá; pero los que tengan perspicacia entenderán.