Y ya que de lo real que es Dios hablamos, un ser con personalidad propia al cual debíamos tratar de conocer para nuestro propio beneficio, recopio este comentario de antes ... ya que nos muestra que Jesús conocía y tenía una relación muy estrecha con Dios.

Cita Iniciado por Eli_yahu Ver Mensaje
El registro bíblico nos dice que Jesús oró para ser librado de la muerte:

Heb.5:7 En los días de su carne [Cristo] ofreció ruegos y también peticiones a Aquel que podía salvarlo de la muerte, con fuertes clamores y lágrimas, y fue oído favorablemente por su temor piadoso.

Hay algunas cuestiones que se pueden ver en este texto:

1) Jesús no se podía librar de la muerte por sí solo. De ser eso posible, el texto no enfatizara que oró "a Aquel que podía salvarlo de la muerte". Si Jesús hubiese podido salvarse de la muerte por sí solo, o resucitarse a sí mismo (por extraño que parece, eso creen algunos), no hubiera "rogado y pedido con fuertes clamores y lágrimas" a otra persona para ser librado de la muerte.

2) Jesús fue librado de la muerte por la persona a la que oró que lo librara. Eso se entiende porque Pablo continúa diciendo que "fue oído favorablemente", lógiamente, por la persona a quien había orado antes.

3) Jesús mostró "temor piadoso" por esa persona a la que estaba orando ... Esa es la razón que dá Pablo para justificar que él haya sido escuchado y recibido favor.

4) Pablo aquí no se refiere a que fuera librado de morir. Pablo se está refiriendo a que estaba orando para que después de morir fuera librado de la muerte. Eso se implica cuando Pablo dice que fue escuchado y oído a su favor. Si hubiera sido que oraba por no morir, la respuesta fue negativa porque sí murió; por tanto si Pablo dice que hubo una respuesta a su favor, es porque lo que pedía era ser levantado cuando muriera.

El registro bíblico no solo nos dice que Jesús oró de esa manera a Dios, sino que también recoge una de esas oraciones:

Luc.22:41 Y él mismo se apartó de ellos como a un tiro de piedra, y dobló las rodillas y se puso a orar, 42 diciendo: “Padre, si deseas, remueve de mí esta copa. Sin embargo, que no se efectúe mi voluntad, sino la tuya”. 43 Entonces se le apareció un ángel del cielo y lo fortaleció. 44 Mas él, entrando en agonía, continuó orando más encarecidamente; y su sudor se hizo como gotas de sangre que caían al suelo.

Algunas personas piensan que Jesús estaba pidiendo ahí que no tuviera que morir. Pero ese no es el sentido de su petición. Lo sabemos porque cuando Pedro le dijo que él no tenía que morir, Jesús lo censuró fuertemente. Jesús está en agonía porque teme que la clase de muerte que le espera dentro de poco (como un despreciable criminal) traerá oprobio al nombre de su Padre. Se dá cuenta de que en unas cuantas horas será fijado en un madero como una de las personas más bajas que pudiera haber: ¡un blasfemador contra Dios! Esto es lo que más le perturba.

Esta no es la única ocasión en que se toca el asunto de la muerte de Jesús de manera íntima y personal. Cuando Pedro, Santiago y Juan subieron al monte de la transfiguración, la conversación que se suscitó en la visión giró en torno a su partida:

Luc.9:31 Estos aparecieron con gloria y se pusieron a hablar de la partida de él que él estaba destinado a cumplir en Jerusalén.

Así que vemos a Jesús orando continuamente y perturbado mientras más se acercaba el momento de su muerte. Este detalle no tendría ningún sentido si Jesús fuera DIOS, ni si él pudiera haberse resucitado a sí mismo. Por eso la Escritura dice:

Hech.2:24 (...) Dios lo resucitó desatando los dolores de la muerte, porque no era posible que él continuara retenido por ella.
La relación entre Jesús y su Padre no había comenzado cuando llegó a ser humano, sino mucho antes, desde el origen del propio Jesus como primera creación de Dios. Esa relación se estrechó aun más después que Dios resucitó a Jesús y lo llevó nuevamente a Su lado.
Todos deberíamos querer tener una relación personal con el Dios y Padre de Jesucristo, pues para eso vino él al mundo: para reconciliarnos con Él.