Cita Iniciado por Esperanza. Ver Mensaje
Una cosa es amar a nuestros enemigos.... y otra muy distinta dejarnos arrastrar por ellos.... o por Satanás a través de ellos.... pues Satanás lo que quiere lo que ha querido siempre es hacer malo a Dios.
Así es, Esperanza. Debemos tener cuidado con las doctrinas religiosas de hombres que no se ajustan a lo que enseña el Evangelio.

Cita Iniciado por KIMO Ver Mensaje
Pues no tema
Para eso razonamos con las escrituras
Para derrumbar creencias falsas (.......)
Kimo, hay que tener cuidado con las escrituras que contradicen a lo que Jesús enseñó cuando predicó el Evangelio. Las escrituras que debemos utilizar para apoyar argumentos válidos y verdaderos son las escrituras que enseñan fielmente las enseñanzas de Jesucristo y los mandamientos que Jesús enseñó cuando predicó el Evangelio, que son los mandamientos que en verdad fueron dados por Dios desde siempre y para siempre.

Los mandatos del Antiguo Testamento que Jesús anuló cuando predicó el Evangelio no eran mandamientos dados por Dios, sino mandatos de hombres. Por eso fueron anulados por Jesús. Si no comprendes que la Ley que en verdad había dado Dios desde siempre son los mandamientos que Jesús enseñó cuando predicó el Evangelio, y no los mandatos del Antiguo Testamento que Jesús anuló, es que aún no has entendido lo que realmente enseña el Evangelio.

Y uno de los mandamientos que Jesús mandó guardar, es amar al prójimo como a uno mismo. Entonces, debemos desear para nuestro prójimo lo mismo que queremos para nosotros. Por tanto no es cristiana la desigualdad en las pensiones de los mayores, cobrando unos grandes cantidades mientras otros cobran unas pensiones de miseria que no les llegan ni para poder vivir.

Para que estas cosas no ocurran, la solución es el modo de vida de los primeros cristianos, que lo tenían todo en común y no llamaban propia cosa alguna:

Hechos 2:42
Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones.
2:43 Y sobrevino temor a toda persona; y muchas maravillas y señales eran hechas por los apóstoles.
2:44 Todos los que habían creído estaban juntos, y tenían en común todas las cosas;
2:45 y vendían sus propiedades y sus bienes, y lo repartían a todos según la necesidad de cada uno.
2:46 Y perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón,
2:47 alabando a Dios, y teniendo favor con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos.

Hechos 4:32
Y la multitud de los que habían creído era de un corazón y un alma; y ninguno decía ser suyo propio nada de lo que poseía, sino que tenían todas las cosas en común.
4:33 Y con gran poder los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús, y abundante gracia era sobre todos ellos.
4:34 Así que no había entre ellos ningún necesitado; porque todos los que poseían heredades o casas, las vendían, y traían el precio de lo vendido,
4:35 y lo ponían a los pies de los apóstoles; y se repartía a cada uno según su necesidad.
4:36 Entonces José, a quien los apóstoles pusieron por sobrenombre Bernabé (que traducido es, Hijo de consolación), levita, natural de Chipre,
4:37 como tenía una heredad, la vendió y trajo el precio y lo puso a los pies de los apóstoles.