KIMO, Jesucristo siendo Dios quiso rebajarse voluntariamente haciendose semejante a los hombres y obediente hasta la muerte. Su obediencia y humildad no son un signo de inferioridad, muy al contrario son un ejemplo para los cristianos. Jesús, siendo Dios, quiso revelarnos el camino de la obediencia y la humildad.

Él, siendo en forma de Dios,
no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse,
sino que se despojó a sí mismo,
tomó la forma de siervo
y se hizo semejante a los hombres.
Mas aún, hallándose en la condición de hombre,
se humilló a sí mismo,
haciéndose obediente hasta la muerte,
y muerte de cruz. (Filipenses 2:6-8)