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Porque25
El Reino de Dios y sus misericordiosos mandamientos predicados por Jesucristo, vinieron a declarar a todos los políticos del mundo que estaban equivocados, que faltaban a la misericordia y que no debían matar: NO MATARÁS... Y por esta causa, los políticos de Roma y los políticos religiosos judaizantes le mandaron crucificar...
Sois vosotros los que os habéis acomodado a justificar a todos los dictadores gobernantes que imponen castigos terribles e injustos por miedo a ser perseguidos...
Si Jesucristo hubiera hecho como vosotros, entonces no hubiera predicado los misericordiosos mandamientos del Evangelio, mandamientos misericordiosos que tanto odian los dictadores crueles de las naciones...
Vosotros negáis los misericordiosos mandamientos de Jesucristo para no ser perseguidos por el mundo, y esa es vuestra política "pacifista"...
Toda religión es política y toda política es religión... Y los hombres codiciosos de poder y riquezas siempre quisieron anular la religión y política de Jesucristo...
Asi es, los gobernantes del mundo están en oposición a Cristo Jesús
y seran destruidos
Por esa razón los cristianos son neutrales en asuntos políticos
no escogen un bando contra el otro.
En vez de involucrarse en las actividades políticas de su época, Jesús se dedicó a predicar el Reino de Dios, el futuro gobierno celestial en el que ocuparía la posición de Rey
Pero, además de la lealtad a Cristo, hay otras razones por las que los cristianos verdaderos permanecemos neutrales. Para empezar, no somos como los antiguos israelitas, que vivían en un solo país, el que Dios les había concedido. Nosotros somos una hermandad esparcida por toda la Tierra
-----=Por eso, ¿qué ocurriría si nos pusiéramos a favor de algún bando político? Que se vería gravemente comprometida tanto nuestra unidad cristiana como la libertad y franqueza con que llevamos el mensaje del Reino a todo tipo de personas
Además, cuando estallara una guerra, estaríamos peleando contra nuestros hermanos en la fe, a quienes se nos manda amar
LO QUE YO ENSEÑO NO ES MIO
PERTENECE AL QUE ME ENVIO” (Juan 7:16.)