En el primer siglo los cristianos tenían la costumbre de reunirse y compartir comidas. Se le llamaba "partir el pan", porque los panes se elaboraban de gran tamaño y se lo repartían como aperitivo, pues eran pobres, mientras compartían conversaciones espirituales y oraban juntos. En medio de la persecución judía esto era un refrigerio para los cristianos.
Otras veces les llamaban "fiestas de amor", porque pretendían ser expresiones de amor y dádivas a los más pobres. En estas otras fiestas o reuniones los ricos tenían la iniciativa, pero muchas veces estas tenían otros propósitos: buscaban ser halagados y a veces buscar seguidores personales y causar divisiones en las congregaciones. Eran los inicios de la apostasía.
De cualquier modo, nadie consideraba estas reuniones como ritos obligados ni ceremonias religiosas. Eran solo una forma de salir de la rutina mientras seguían con sus actividades cristianas habituales.
Los católicos quieren tergiversar estas ocasiones cristianas y hacer creer a la gente que son los ritos que ellos después adoptaron de otras religiones místicas. El catolicismo con sus ritos y sacerdocio no tiene nada que ver con el cristianismo del primer siglo.
2Tim.3:13 (...) los hombres inicuos e impostores avanzarán de mal en peor, extraviando y siendo extraviados.
Dan.11:33 Y tocante a los que tienen perspicacia entre el pueblo, impartirán entendimiento a los muchos. (...)
... 12:10 Muchos se limpiarán y se emblanquecerán y serán refinados. Y los inicuos ciertamente actuarán inicuamente, y absolutamente ningún inicuo entenderá; pero los que tengan perspicacia entenderán.