Predicar el ejercicio de la sexualidad DENTRO del matrimonio no es falta de misericordia.
Nadie, de ninguna religión, cumple al 100% las leyes de castidad y sin embargo, Dios extiende su misericordia hacia todos, y pide de sus hijos misericordia y comprensión hacia sus hermanos.
Por si tienes curiosidad, en la fe baha'i pensamos que el pecado más aborrecible a Dios es señalar o exhibir las faltas del prójimo que uno mismo comete. Es decir, en el pecado de la hipocresía en sus múltiples facetas.
Por lo tanto, siendo que todos los bahai nos hemos alguna vez masturbado, visto pornografía, o tenido contacto sexual de algún tipo fuera del matrimonio, o simplemente fantaseado con ello, resulta abominable ante Dios no mostrar respeto y misericordia al compañero bahai que cometido la misma falta.
Por lo menos en la comunidad bahai, la vida privada de las personas se respeta. A nadie se le hace sentir condenado, ni se le exhibe, ni se le acusa, ni se le aisla de la comunidad.
Pero eso no significa que debamos detenernos en enseñar el estándar que creemos que Dios nos pone, a saber: que debemos controlar nuestros impulsos sexuales para poder ejerzerlos a plenitud con la persona con la que hemos hecho un pacto de fidelidad y amor ante testigos. Es decir, con la persona que nos hemos casado.
El llamado que testigos de Jehová y bahais hacemos para obedecer a los gobiernos actuales no es ni ABSOLUTO, ni INCONDICIONAL, ni ETERNO.
Es simplemente el llamado a obedecer las reglas de quien ejerce una autoridad sobre el grupo al que has elegido pertenecer, o sobre el grupo del que no tienes opción real de abandonar.
Esto aplica a las reglas del condómino donde vives, o del club deportivo al que perteneces.
Quizá te sorprenda saber que provengo de una ideología política libertaria y simpatizo con el anarquismo de libre mercado. En cierta forma, la victoria final del Reino de Dios será una victoria del anarquismo, no tanto porque se cumpla exactamente la visión de Murray Rothbard y otros economistas, sino porque la relación entre ciudadanos y gobiernos cambiará radicalmente.
Este cambio, sin embargo, se tiene que dar de manera gradual e inteligente. En ese cambio estamos involucrados gente de todos los credos, incluyéndote a ti, a mí y a Kimo.
Te pongo un ejemplo: LOS IMPUESTOS.
¿Pagas impuestos? ¿Sabes que el impuesto es, fundamentalmente, un robo legalizado (o más exactamente, una extorsión)? ¿Por qué, entonces los pagas?
Pagamos los impuestos porque, en las circunstancias actuales (como en los días de Jesús y el César), es mejor pagarlos que no pagarlos. Pero eventualmente, el sostén de las obras de gobierno se basará en contribuciones voluntarias, basadas tanto en la bien individual como en un sentido renovado de bien común.