"Y por haberse multiplicado la infracción de la Ley, el amor de muchos se enfriará. Mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo. Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin. Por tanto, cuando veáis en el lugar santo la abominación desoladora de que habló el profeta Daniel (el que lee, entienda), entonces los que estén en Judea, huyan a los montes. El que esté en la azotea, no descienda para tomar algo de su casa; y el que esté en el campo, no vuelva atrás para tomar su capa" (Mateo 24:11-18.)
Abominación de la desolación en el lugar santo es enseñar que no tenemos que guardar la Ley de Jesucristo (los misericordiosos mandamientos que Jesucristo nos enseña en el Evangelio). Y como hemos visto en esta cita anterior, cuando Jesucristo profetizó el fin del mundo, Él ya nos advirtió que habría muchos que no guardarían sus mandamientos, pues dijo que el amor de muchos se enfriaría "por haberse multiplicado la infracción de la Ley".