Todas las cosas que fueron escritas en tiempo pasado fueron escritas para nuestra instrucción cuando los que las escribieron eran fieles a los mandamientos que en verdad fueron dados por Dios desde siempre y para siempre. Pero no debes olvidar que los escribas cambiaron la Ley de Dios, como nos dicen los profetas:
Jeremías 8:7-9
¿Cómo decís: Nosotros somos sabios, y la ley del Señor está con nosotros? Ciertamente la ha cambiado en mentira la pluma mentirosa de los escribas (.......)
Sofonías 3:1-4
Sus profetas son livianos, hombres prevaricadores; sus sacerdotes contaminaron el santuario, falsearon la ley.
Malaquías 2,5-10
Mi pacto con él fue de vida y de paz (.........) Mas vosotros os habéis apartado del camino; habéis hecho tropezar a muchos en la ley; habéis corrompido el pacto de Leví, dice Yavé de los ejércitos.
Ezequiel 5:5-6
Así ha dicho el Señor Dios: Esta es Jerusalén; la puse en medio de las naciones y de las tierras alrededor de ella. Y ella cambió mis decretos y mis ordenanzas en impiedad más que las naciones, y más que las tierras que están alrededor de ella; porque desecharon mis decretos y mis mandamientos, y no anduvieron en ellos.
Isaías 24:5-6
Y la tierra se contaminó bajo sus moradores; porque traspasaron las leyes, cambiaron los mandamientos, quebrantaron el pacto sempiterno (......).
Así que los mandatos del Antiguo Testamento que fueron escritos por los escribas que cambiaron la Ley de Dios en mentira, esos mandatos nunca fueron para nuestra instrucción, por eso Jesús los anuló, porque sólo eran mandatos de hombres que eran contrarios a los mandamientos que en verdad fueron dados por Dios.
Y es que los mandamientos que Jesús nos enseñó cuando predicó el Evangelio, que mandan amor, misericordia y perdón, son los mandamientos que en verdad habían sido dados por Dios desde siempre y para siempre, y no los mandatos escritos en el Antiguo Testamento que ordenaban a los hombres hacer daño y matar a las personas, pues esos mandatos inmisericordes fueron anulados por Jesús porque sólo eran mandatos de hombres.
Esta cita no nos enseña que todos los mandatos escritos en el Antiguo Testamento hubieran sido dados por Dios. Sólo habla de las cosas que acontecieron a algunos en el tiempo de Moisés y que fueron como ejemplo y amonestación también para este tiempo. Así que no contradice lo que estoy diciendo: que los mandamientos que en verdad fueron dados por Dios son los mandamientos que Jesús nos enseñó cuando predicó el Evangelio y nos los mandatos del Antiguo Testamento que son contrarios a la misericordia que Jesús nos mandó.1Cor.10:11 Pues bien, estas cosas siguieron aconteciéndoles como ejemplos, y fueron escritas para amonestación de nosotros a quienes los fines de los sistemas de cosas han llegado.