esperanza,

Tu evangelio de la fornicación libre no tiene cabida en este espacio de las buenas costumbres y del decoro.

Tu afán por santificar tu apetito sexual desbocado fracasa.

La Biblia es clara cuando te dice a tí y tu compañia de coitos clandestinos:

"no obstante, a causa de la ocurrencia común de la fornicación, que cada hombre tenga su propia esposa y que cada mujer tenga su propio esposo." (1 Corintios 7:2)