La religión no es más que un invento de los hombres con el que poder dar una explicación a lo inexplicable. De hecho, a medida que el ser humano avanzaba en su conocimiento, mayores eran las parcelas que se le sustraían a los dioses. Si algún día el ser humano llega a abarcar un conocimiento total del mundo, no hará falta ya ningún dios al que recurrir.