Ese es otro de los puntos difíciles que tienen las cartas atribuidas a Pablo torcidas por los indoctos. Ahí se ve que, según dice el supuesto "pablo", ya no estamos bajo la Ley. ¡Pero qué casualidad!..., en las cartas de Pablo aparece otro Pablo que nos dice que él estaba bajo la Ley de Cristo, pues así te dice:
"no estando yo sin ley de Dios, sino bajo la ley de Cristo".
(1ª Corintios 7:19).
"La circuncisión nada es, y la incircuncisión nada es, sino el guardar los mandamientos de Dios". (1ª Corintios 9:19-21)
"Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte". (Romanos 8:1-2).
Como ves en estas partes de las cartas, Pablo nos dice que estaba bajo la Ley de Cristo.
Como ves, unas partes de las cartas nos dicen que los cristianos no estamos bajo la Ley, y otras partes nos dicen que Pablo estaba bajo la Ley de Cristo. Entonces, ¿qué parte de las cartas tomamos?... Las cartas contienen grandes contradicciones que han confundido a una gran parte del mundo cristiano. Entonces, ¿cuál es el camino?...
El Camino, la Verdad y la Vida son los mandamientos que Jesucristo te enseña en el Evangelio, pues el Evangelio de Jesucristo nunca debe ser reemplazado por las cartas de los hombres torcidas por los indoctos. Y eso te lo dice el apóstol Pedro, que así te dice:
"Y tened entendido que la paciencia de nuestro Señor es para salvación; como también nuestro amado hermano Pablo, según la sabiduría que le ha sido dada, os ha escrito, casi en todas sus epístolas, hablando en ellas de estas cosas; entre las cuales hay algunas difíciles de entender, las cuales los indoctos e inconstantes tuercen, como también las otras Escrituras, para su propia perdición. Así que vosotros, oh amados, sabiéndolo de antemano, guardaos, no sea que arrastrados por el error de los inicuos, caigáis de vuestra firmeza. Antes bien, creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo". (2ª Pedro 3:15-18)
Como ves, el apóstol Pedro te dice que para que no caigas en el error de los inicuos que torcían las cartas de Pablo, lo mejor que puedes hacer, es seguir fielmente el Evangelio de Jesucristo.
Y esto mismo es lo que te dice el mismo Pablo, que, hablando de aquellos que querían torcer sus cartas, así te dice:
"Estoy maravillado de que tan pronto os hayáis alejado del que os llamó por la gracia de Cristo, para seguir un evangelio diferente. No que haya otro, sino que hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo. Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema. Como antes hemos dicho, también ahora lo repito: Si alguno os predica diferente evangelio del que habéis recibido, sea anatema". (Gálatas 1:6-9).
Como ves, Pablo nos advierte que nos ajustemos al Evangelio de Jesucristo, pues no hay otro Evangelio más que el de Jesucristo. Y nos dice que si alguno predica otro diferente "evangelio", que sea anatema.
Vosotros, los falsos "evangélicos", queréis anular el Evangelio de Jesucristo para imponer en su lugar las cartas atribuidas a Pablo torcidas por los indoctos. Y con vuestras enseñanzas estáis confundiendo al mundo.
Jesucristo no mandó predicar leyes judías del viejo testamento que mandan penas de muerte y guerras..., ni tampoco mandó predicar supuestas cartas atribuidas a "Pablo" torcidas por los indoctos...
Lo que mandó predicar Jesucristo por todos los pueblos fue solamente el Evangelio. Y el Evangelio contiene los verdaderos mandamientos de Dios. Jesucristo así dijo:
"Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado". (Marcos 16:15-16).
"Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén". (Mateo 28,19-20).
"Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin". (Mateo 24,11-14).