¿Pero cómo puedes decir que es "suposición" que el Señor Jesús anuló muchos mandatos escrutos en el Antiguo Testamento? No. No es ninguna suposición. El Señor Jesús, con sus enseñanzas del Evangelio, anuló los mandatos del "ojo por ojo y diente por diente", los mandatos de hacer guerras y matar a los enemigos, los mandatos de apedrear a las personas por diversas causas, los juramentos, las cartas de divorcio, los mandatos de sacrificios. El Evangelio enseña que Jesús anuló todos esos mandatos del Antiguo Testamento, y negar esto es negar la verdad. Observa lo que enseña el Evangelio:
Mateo 5
Oísteis que fue dicho: Ojo por ojo, y diente por diente. Pero yo os digo: No resistáis al que es malo; antes, a cualquiera que te hiera en la mejilla derecha, vuélvele también la otra; y al que quiera ponerte a pleito y quitarte la túnica, déjale también la capa (......).
Oísteis que fue dicho: Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo. Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen (....)
Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen (....).
También fue dicho: Cualquiera que repudie a su mujer, dele carta de divorcio. Pero yo os digo que el que repudia a su mujer, a no ser por causa de prostitución, hace que ella adultere; y el que se casa con la repudiada, comete adulterio.
Además habéis oído que fue dicho a los antiguos: No perjurarás, sino cumplirás al Señor tus juramentos. Pero yo os digo: No juréis en ninguna manera; ni por el cielo, porque es el trono de Dios; ni por la tierra (.......)
Juan 8
Entonces los escribas y los fariseos le trajeron una mujer sorprendida en adulterio; y poniéndola en medio, le dijeron: Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en el acto mismo de adulterio. Y en la ley nos mandó Moisés apedrear a tales mujeres. Tú, pues, ¿qué dices? Mas esto decían tentándole, para poder acusarle. Pero Jesús, inclinado hacia el suelo, escribía en tierra con el dedo.
Y como insistieran en preguntarle, se enderezó y les dijo: El que de vosotros esté sin pecado sea el primero en arrojar la piedra contra ella. E inclinándose de nuevo hacia el suelo, siguió escribiendo en tierra. Pero ellos, al oír esto, acusados por su conciencia, salían uno a uno, comenzando desde los más viejos hasta los postreros; y quedó solo Jesús, y la mujer que estaba en medio. Enderezándose Jesús, y no viendo a nadie sino a la mujer, le dijo: Mujer, ¿dónde están los que te acusaban? ¿Ninguno te condenó? Ella dijo: Ninguno, Señor. Entonces Jesús le dijo: Ni yo te condeno; vete, y no peques más.
Mateo 12:7
si supieseis qué significa: Misericordia quiero, y no sacrificio, no condenaríais a los inocentes
En estas enseñanzas del Evangelio que he recordado se ve claramente que Jesús anuló todos esos mandatos del Antiguo Testamento que faltaban a la misericordia. Entonces, negarlo es negar la verdad del Evangelio.
Todo lo que Jesús anuló del Antiguo Testamento, no eran mandatos de Dios, sino mandatos de hombres.