Y se lo vuelvo a decir cuantas veces sea necesario, pues ha sido nada más y nada menos que a un dizque hombre que ha aplaudido y defendido a otro cobarde por haberles llamado "putas" a un grupo de mujeres que disienten de su ideología, ¡y que ni siquiera conocen! Independientemente de cómo se expresen éstas. La crítica, por más incisiva que pueda ser, debe hacerse con clase. Pero qué clase se puede esperar de rufianes sin ningún tipo de educación.