
Iniciado por
EsquizOfelia
No me corrijas Zampabol cuando hablo de asesinato de un bebé., estoy usando tus argumentos. Estoy hablando del mismo bebé que tú muchas veces nos contaste como era arrancado a pedazos del útero de la madre. A este niño pensante, que ya siente dolor, que se mueve, que se nutre, lo van a asesinar porque alguien decidió que hay que hacerlo en aras de… . ¿Acaso el doctor y tú le preguntaron si quería morir antes de descuartizarlo y tirarlo a un balde de basura hospitalaria? ¿No crees que posiblemente Dios podría encontrar el camino de salvar ambas vidas?
Me parece verte en el Coliseo. Pulgar para arriba, pulgar para abajo.
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Zampabol, en este caso, cree que aventándole la pelota al médico se deshace del pecado, pero se le olvida que, al hacer esto, tiene cierto grado de participación. O sea, secunda el criterio médico, que, en general, propenderá a salvar la vida de la madre.
A mí me gustaría saber qué es, según ellos, lo que le da plusvalía a la vida de la mujer sobre la del feto.
En este tipo de aborto, como en los demás, aplica una normativa, la cual, como siempre, tutela el derecho de la mujer para: decidir sobre su cuerpo. Si por algún motivo no le fuere posible hacerlo, la decisión caería en algún familiar, quien sería depositario de tal derecho, ejerciéndolo, lógicamente, en el mismo sentido que hubiera hecho la titular.
Este tipo de casos sigue siendo común; tanto así, que fue lo que motivó al Parlamento Irlandés a dar, en pleno siglo XXI, el primer paso legislativo sobre el aborto no punible:
---Irlanda tiene la primera ley de aborto de su historia
La norma, que entra en vigor este 1 de enero de 2014, se aprobó a raíz del caso de Savita Halappanavar, una india que falleció de septicemia embarazada en un hospital de Galway.
La primera ley del abortoen la historia de Irlanda entra mañana en vigor para permitir la interrupción del embarazo cuando la vida de la madre corre peligro, incluida la amenaza de suicidio, supuestos que han generado recelos entre los sectores más conservadores en un país mayoritariamente católico.
No obstante, la llamada Ley de Protección de la Vida durante el Embarazo 2013, ratificada en julio por el presidente irlandés, Michael D. Higgins, seguirá siendo una de las más restrictivas de Europa, pues continuará prohibiendo el aborto en casos como violación, incesto o anormalidad del feto.
En consecuencia, los partidarios de una normativa más liberal sostienen que miles de mujeres de este país -unas 4.000 durante el pasado año- seguirán viajando al extranjero para interrumpir sus embarazos, mientras que sus detractores advierten de que abrirá la puerta a lo que denominan "abortos a la carta". Sea como fuere, la nueva ley del aborto es la primera que se redacta en la República de Irlanda desde su fundación en 1921.
Ninguno de los sucesivos gobiernos fue capaz de erigir un marco jurídico para este delicado asunto, hasta que al actual Ejecutivo de coalición entre conservadores y laboristas le estalló un caso que conmocionó al país en octubre de 2012, el de la muerte de una embarazada con septicemia en un hospital debido que los médicos se negaron a practicarle un aborto.
Durante décadas, el aborto ha sido ilegal en Irlanda menos cuando la vida de la madre estaba en riesgo, pero sólo se recogía de manera vaga en la Constitución y estaba, además, sujeto a la interpretación de los médicos, que normalmente se negaban a interrumpir embarazos por miedo a consecuencias legales o por convicciones religiosas.
Por contra, la nueva ley establece con más claridad en qué casos se autorizará la interrupción del embarazo cuando la vida de la madre esté en peligro e incluye la controvertida cláusula del suicido, lo que, según los sectores más conservadores y católicos, abrirá la puerta a un mayor número de abortos innecesarios.
El caso que «despertó» la normativa
La aprobación de la nueva norma en el Parlamento de Dublín el pasado julio fue posible a raíz del polémico caso de Savita Halappanavar, una mujer india que falleció de septicemia en un hospital de Galway (oeste de Irlanda) el 28 de octubre de 2012. Savita, de 31 años y embarazada de 17 semanas, murió después de que los médicos se negaran a practicarle un aborto tras alegar que estaba en un "país católico" y la ley lo impedía mientras latiera el corazón del feto, pese a que el estado de la mujer empeoraba.
A partir de mañana, las interrupciones del embarazo en casos no considerados "de urgencia" se practicarán en unidades de Ginecología del servicio público de salud, después de que dos médicos certifiquen que existe un "riesgo sustancial y real" para la vida de la madre. Si se trata de una emergencia, un solo médico podrá decidir si es necesario practicar un aborto para salvar la vida de la embarazada.
Regulada la objeción de conciencia
Los médicos podrán negarse a practicar un aborto por "objeción de conciencia", si bien el hospital seguirá obligado a ofrecer la interrupción en casos pertinentes.
Respecto a la cuestión del suicido, la ley establece que un comité de tres expertos, compuesto por dos psiquiatras y un obstétrico, evalúe a través de un historial y entrevistas el estado de salud físico y mental de la madre.
Si los expertos dan luz verde, será la madre la que decida seguir adelante con una interrupción, pero si ésta es denegada ella será la única que podrá apelar la decisión ante otra instancia médica compuesta por otros tres especialistas.
O sea, en Irlanda se legisló a raíz de un VIL HOMICIDIO.