
Iniciado por
Scharfrichter
Yo no dije tal cosa. Yo dije que estaba en contra del ADOCTRINAMIENTO RELIGIOSO. Ninguna religión es mala, malas son las personas.
"Fundamentalista laicista". Antes de que le diga que esto es una incoherencia, explíqueme usted cómo podría aplicar el término. Son completamente opuestos.
La religión no debe prohibirse, es un instrumento básico para ejercer la fe. Sería anticonstitucional y, por ende, antidemocrático.
Con lo que no estoy de acuerdo, es con la intervención de fanáticos fundamentalistas en asuntos públicos. Cada quien es libre de seguir y obedecer los preceptos religiosos que más le apetezcan; sin embargo, de lo que no es libre, es de pretender imponerlos por encima de las leyes sociales. Simplemente porque los preceptos religiosos NO SON DEMOCRATICOS. Intentar suprimir, coaccionar o sustituir preceptos sociales por religiosos debería ser un delito. Ambos deben coexistir en armonía, pero la referencia para la aplicación de justicia serán aquéllos sociales. Tampoco veo algún problema en enseñar cuestiones religiosas en las escuelas, siempre y cuando no sea en SUSTITUCIÓN de conceptos científicos y civiles. La educación debe ser tan amplia como sea posible, optar por una corriente u otra ya será decisión del educando.
Soy católico, por lo que quizá esté un tanto viciada mi opinión, espero no me lo tome a mal. Me parece deleznable que existan sectas, tales como algunas protestantes, que abusen de la ignorancia colectiva. Hay por ahí unos "pastores" que se dedican a lucrar con la fe de sus correligionarios, vendiéndoles curaciones y todo tipo de medicinas "divinas", por ejemplo. Y no sólo eso, sino que algunos descarados promueven la inasistencia médica formal. Eso y ofrecer prosperidad a base de menjurjes y rituales está tipificado como delito, pero se han librado diciendo que no cobran, sino que reciben limosna. Igualmente con esos fanáticos ignorantes que andan detrayendo conceptos ciéntíficos y suplantándolos por religiosos. Por si fuera poco, también pretenden desbaratar otras religiones, principalmente la católica, aduciendo que los católicos iremos al infierno por pecadores; resulta que rezarle a un santo es cosa del demonio. Son cínicos, agarran la Biblia y la interpretan como se les da la gana, fanáticos fundamentalistas del carajo.