Es posible que la utilización de juguetes y las variantes de sexo oral puedan provocar la dependencia hacia éstos. Es decir, personas que no puedan ser capaces de alcanzar su máxima plenitud sexual sin la presencia de juguetes o variantes de sexo oral, precisamente por recurrir a estos medios y hacerlos costumbre.
¿Hasta qué punto se puede considerar saludable incluir estas formas alternativas de estimulación en la relación, siendo que cabe la posibilidad de generar una dependencia negativa hacia éstos?