
Iniciado por
JoseAntonio1
Rusko, me alegro de no ser el unico que lo interpreta de esa manera. Saludos,
José Antonio, ¿es tan difícil reconocer tu error? Ni en la misma Biblia se escribe con mayúscula, lo que has dicho parece ser una regla imaginaria. Comparto contigo diversas citas, literalmente transcritas y, por si fuese poco, copia de la Biblia (Reina Valera) en formato .pdf:
Apartáos de mí, malditos, al fuego eterno, que fue destinado para el diablo y sus ángeles. Mt 25, 41.
El enemigo que sembró la cizaña es el diablo. Mt 13, 39.
Jesus fue conducido por el Espíritu al desierto para ser tentado por el diablo […]. El diablo le dijo: Todas estas cosas te daré si postrándote ante mí me adorares. Respondiole Jesús: Apártate de mí, Satanás. Mt 4, 1-9; Mc 1, 12-13; Lc 4, 1-13.
Señor, ten compasión de mi hijo, porque es lunático [...] y lo he presentado a tus discípulos y no han podido curarle. Jesús dijo: Traédmelo acá. Y Jesús amenazó al demonio y salió del muchacho, que quedó curado. Mt 17, 14-17; Mc 9, 17-28; Lc 9, 38-44.
Sed sobrios y vigilantes: porque vuestro enemigo el diablo anda girando como león rugiente alrededor de vosotros, en busca de presa que devorar. I Pdr 5, 8.
Los que contradicen la verdad [...] están enredados en los lazos del diablo, que los tiene presos a su arbitrio. 2 Tim 2, 25-26.
Si os enojáis, no queráis pecar [...]. No déis lugar al diablo. Efes 4, 26-27.
Quien comete pecado, del diablo es; porque el diablo desde el momento de su caída continúa pecando. Por eso vino el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo. I Jn 3, 8.
Las cosas que proceden de la naturaleza y las que parten de nuestra voluntad, son de poca importancia, comparadas con la guerra implacable que nos tiene declarada el demonio. (SAN JUAN CRISÓSTOMO, en Catena Aurea, vol I, p.374).
Nos dice también San Pedro: Vigilad constantemente, pues el demonio esta rondando cerca de vosotros como león rugiente, que busca a quien devorar. Y el mismo Jesucristo nos dice: Orad sin cesar, para que no caigais en la tentación: es decir, que el demonio nos acecha en todas partes. De manera que es preciso contar con que, en cualquier parte o en cualquier estado que nos hallemos, nos acompañará la tentacion. (SANTO CURA DE ARS, Sermón sobre las tentaciones).
De www.acta.es, cito:¿Y con el demonio? ¿Qué pasa con el demonio?, que sea malvado no significa que no haya que escribirlo. Pues bien, si hablamos de ángel caído, diablo o demonio, refieran a seres del más allá o a seres del más acá, debemos escribirlos en minúscula. Otra cuestión es si lo llamamos por el nombre de pila, puesto que los nombres propios siempre se escriben en mayúscula y el diablo tiene muchos: Satanás, Satán, el Maligno, Ayacuá, Cachano, Pero Botero, Lucifer o Belcebú*.
Como podrás notar, ni en la biblia, ni en otras obras se refieren al diablo o demonio escribiéndolo en mayúscula.