Si consideramos que un profeta es aquel que hace conjeturas sobre el futuro más allá de que éstas se cumplan o no, entonces podríamos considerar que Jesús fue un profeta.
Pero si consideráramos profeta a aquel que es un intermediario de Dios (o algún otro dios) entonces deberíamos afirmar que no lo fue, solamente fue un predicador como hubieron muchos otros que vivieron en su época.