Todo lo resuelves con lo listo que eres y la poca idea que yo tengo. Como yo no me invento nada, sino que es el prólogo de San Juan quien habla, pues ni me inmuto. Pues sí, la Palabra es eterna (¿cómo se va a dudar de eso?). Es tan eterna que el mismo Jesucristo dijo a los judíos: “antes de que Abraham naciese, ERA YO”.
Y, sobre las palabras de Jesús en la cruz, tiene muchas interpretaciones (tú, que tanto habrás estudiado en todas las facultades de teología del mundo mundial, supongo que conocerás varias interpretaciones, y algunas válidas). Basta con decir que Jesús está recitando el salmo 21. Sí, ese salmo profético que se pregona en el Domingo de Ramos (claro, como no vas a misa, te crees que no lo conocíamos).
“Dios mío, Dios mío,
¿por qué me has abandonado?
…
Pero yo soy un gusano, no un hombre,
vergüenza de la gente,
desprecio del pueblo;
al verme, se burlan de mí,
hacen visajes, menean la cabeza:
"acudió al Señor, que lo ponga a salvo;
que lo libre si tanto lo quiere".
…
me cerca una banda de malhechores;
me taladran las manos y los pies,
puedo contar mis huesos.
Ellos me miran triunfantes,
se reparten mi ropa,
echan a suerte mi túnica
…”
Seguramente Jesús lo recitase en la cruz, y evidencia el supremo abandono de Cristo. ¿Abandonado incluso por el Padre?. ¡Pero si estaba haciendo la voluntad del Padre!!. Sí, esa era la voluntad del Padre: cargar con todos los pecados de manera que pareciese el chivo expiatorio.