
Iniciado por
gabin
... Supuesto esto, -lo que ya es suponer- estos angelicales seres podrían además de salvar a un ciclista, poner, aunque fuere solo un tazón de leche cada mañana, (con unas pastitas aun mejorarían su encomiable labor) a los quince mil niños que se mueren de hambre cada día en el mundo mundial, y que tienen menos culpa de su cruel vida de sufrimiento que el ciclista de marras.
Misteriosos son los caminos del Señor.
Una pequeña dosis de mí...así, pequeñita, para no intoxicarme con mis estupideces.