Mientras que unos canallas defienden la muerte, mientras que unos egoístas no ven más allá de sus propias bajezas miserables, hay gente que sabe entender el valor de la vida. Hay gente que ve más allá de ellos mismos y se entregan a la noble labor de crear lo más grande que un hombre o una mujer puedan crear: ¡La vida!
Los mezquinos podrán tener coches, casas, unas vidas cómodas, miles de millones de dólares, pero ninguno podrá comprar con todas esas riquezas la nobleza que encierran las personas que son capaces de dar la vida por sus hijos y trascender a su propia existencia encarnados en esos niños que son la continuación de ellos mismos sobre este planeta.
Tienes toda la razón Mítica. La cultura de la muerte se extiende poco a poco y con el beneplácito de las sociedades modernas que se acomodan al consumo y a la vida fácil y sin sacrificio. Hay mil maneras de no quedarse embarazada y mil métodos anticonceptivos, pero es más fácil y más egoista matar a un indefenso feto que aceptar la responsabilidad de un olvido, un error u otras cosas peores.
¿Sabes hasta dónde llegan algunos partidos políticos de mi país? Los hay que defienden el poder matar al niño hasta un minuto antes de que nazca. Esta barbaridad que parece más propia de bestias sanguinarias, la defienden unos señores que tienen millones de votos en las urnas, y a ninguno le tiembla la voz cuando dicen estar defendiendo un derecho de la mujer.
Es como vivir en un país de locos más cercano a las bestias que a los humanos. Y por defender que no ocurra eso, te insultan y te llaman fascista y mil cosas más.