Me perdí entre las notas de su guitarra, empecé a soñar con nubes que formaban un camino, mientras su voz callaba los gritos de otros que ya no recuerdo, dibujo para mi tortugas, payasos, conejos galácticos, paisajes de lunas y meteoros, permitió un par de puntapiés y tres frases irónicas, luego con una ley parcial indico que ya no más, la ciudad sigue siendo un desastre, pero la pinta en ese muro no fue borrada, bajo la consigna de convencerme, hay algo más a todo lo que viví, quiere reescribir una historia, mientras mastico sus pies, sé cuando me observa en silencio, le deje la sentencia de no estar ya para estrellitas y duendes, apenas puedo sostener la cabeza en los hombros, el se encarga entonces de los defectos, pero no termina con ninguno, estos regresan enseguida, este es un buen tiempo, raro pero satisfactorio, tengo ganas de quedarme aquí.

No quiero mirar tus ojos, ni mentir, ni que me mientan, ya no esperare las perdidas, ni las despedidas, me niego a creer o a que me crean, esta nueva “mecánica del corazón” llena los espacios dejados por décadas, tengo un nombre, un titulo, un puesto, tres pares de ojos fijos en cada uno de mis actos, no poseo la cura para ella, pero esa no es mi culpa, ya cumplí.