Iniciado por
EsquizOfelia
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El domingo me di cuenta que cerquita de casa se estaba construyendo el nuevo Brasil, y yo no podía estar ausente. La paseata comenzaba en Copacabana y llegaría hasta Leblon. Todo bien chic, y por suerte, lejos de la chusma de las favelas.
Realmente no había un “pe de chinelo”(pié con chinela=pobre) y por eso todos nos sentíamos a gusto. Se les dio el derecho al voto, y miren lo que tenemos: por un plato de comida y un LED, una guerrillera y un sindicalista!
Si el mundo es chico, Rio de Janeiro lo es más aún. A los 5 minutos ya me había encontrado con 4, luego 5, y al final como 8 de mis ex colegas de facultad.
-Qué pocos hombres hay, que pasa?
-Es que ahora está jugando España.
(Por lo visto hasta que no termine la Copa de las C, no tendremos revolución).
Habíamos de todo. Algunos anarcos y unos pocos skinhead (soy de las que cree en la teoría de la herradura), un grupito del orgullo gay, bastantes representantes de ONG protectoras de cuanta cosa respira, nadie con la cara encapuchada, en fin…Todos jóvenes, lindos y bien aprendidos en buenas universidades.
Lógicamente que no había nadie del Lulismo (yo renuncié antes de ir, of course).
Comenzó y terminó en paz. Gritamos arengas contra la violencia policial, en apoyo a los que no tienen techo, a los que no tienen tierra, a los que no tienen seguro social, a los que no tienen una 4x4, al mundial y sus costos, y así fue la cosa.
Cuando leo la prensa internacional, hay algunos detalles que se les escapa, pero que son fundamentales para entender un poco la cosa. Recuerdo que yo todavía no me había formado, cuando en mi universidad ya existía el MPL (Movimiento Passe Livre) y muchas cosas había conseguido. No es la primera vez que el gobierno de turno retrocede, y anula la suba del boleto. Sin embargo, para casi todos los extranjeros, los organizadores son algo florecido en esta Primavera twittera.
No leí en ninguna prensa internacional que el MPL se fracturó, y feo. Los más inteligentes, avisaron que ya no llamarían a nuevos protestos, porque la meta había sido alcanzada. La otra parte, dice que seguirá llamando a nuevas manifestaciones con nuevas demandas. Una pena. Morirán montados en la utopía.
Otra cosa también me llamó la atención: los datos de la encuesta de IBOPE.
“El 75 % de los brasileños apoya las manifestaciones”. Eso es horrible!!!
¿Dónde está el otro insensible 25%?
¿Es que no han leído las reclamaciones de los que protestan?
¿Es que ese 25% no quiere que mejore la salud, la educación, que se termine la corrupción, la inseguridad pública, que el pasaje sea gratuito, terminar con el problema de la droga, que bajen los alquileres, y como doscientas cosas más?
¿Es que alguien que lea estas reivindicaciones, -sea europeo, africano, o esquimal- puede no estar de acuerdo?
Habrase visto!
“Pese al elevado apoyo, tan sólo un 6% dijo haber acudido a las manifestaciones”
En Brasil somos 194 millones de habitantes. El 6% serían más de 11 millones. ¿No habrá querido decir el 0,6%?
“Las protestas se multiplicaron pese a que, según el sondeo, el 71 % de los brasileños se dice satisfecho o muy satisfecho con su actual vida, y un 43 % tiene expectativas positivas sobre el futuro del país”.
Ahí sí que se me quemaron los libros. El 71% “se dice satisfecho o muy satisfecho”, pero el uno por ciento les dice que están equivocados, y que ellos son la única luz al final del túnel. ¿No será la luz de la locomotora?
Lo que comenzó como una gran movilización social contra el aumento de los pasajes, está desembocando en un experimento social con características típicas del fascismo. ¿A quién le interesa una masa amorfa en la calle, contra todo lo que ahí está, sin representantes, que dice no tener directores, en choque casi permanente con la policía, interesados en quebrar o poner fuego en el patrimonio de todos, con ataques a edificios públicos y privados, atacando la sede de partidos políticos y sus militantes, sindicatos, apedreando hoteles y ómnibus de las selecciones de futbol extranjeras e impidiéndoles llegar al estadio o asaltándolos? Seguramente a Juan Pueblo no es.
La Democracia entre otras cosas, significa la existencia de partidos políticos, de sus representantes elegidos por voto popular, del debate político, como el único espacio de articulación y mediación de las demandas de la sociedad. Todo eso ha sido atropellado.
Las fuerzas armadas están felices. El caos para ellos es una alfombra roja, como ya varias veces en nuestra historia aconteció.
El peligro en Brasil es dejar que se descontrole esta cambada de derecha-izquierda ultra radicales, que proclaman la bagunça, el vandalismo, el derramamiento de sangre, para que pueda haber lo que ellos llaman: “Una verdadera revolución”.
Pienso que en pocos días, se van a ir fagocitando entre ellos y volverá la calma. El gobierno hará como ha hecho siempre: cederán algunos millones de Reales para cumplir alguna de las demandas y amansarlos, mientras por otro lado, recortan ese dinero de otro lado, o suben los impuestos.
Me voy a dormir.
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