Hola,
me quedé pensando en este tema de Intelectito.
Marx es al socialismo lo que Cristo es al cristianismo: poco importa si viven o no. Son la base de movimientos culturales gigantescos que tienden a mejorar la raza humana. Luego de muertos, a nadie les preocupò màs si existieron o no; esos movimientos ya fueron encaminados y nadie los detendrà jamàs salvo la historia. Jesùs desde el punto de vista moral y Marx desde el punto de vista social.
El Cristianismo ha aportado mucho a la convivencia pacìfica aunque muchos no compartan su modus operandi. También al Socialismo, y màs aun a su forma ‘científica’ (el Comunismo), le recriminan cosas por sus métodos aunque sean casì fotocopiados a los del cristianismo. El comunismo vivió un fracaso que determinò su exclusión de la historia como movimiento.
Una cosa sì es cierta, después de que estos genios pasaron por el planeta la Humanidad no fue la misma; para bien o para mal segùn quien lo cuente. Es muy difícil que de un genio salga un movimiento social mundial importante, pero se dan casos en que eso sucede. Un Leonardo, un Maxwell, un Einstein o un Darwin no generan propios movimientos sociales aunque sus aportes a la Humanidad hayan sido inconmensurables.
Volviendo a Marx y Cristo, podemos asegurar que el hecho de que ellos vivan o no, después que el movimiento partió, no es màs importante. El movimiento no es Marx ni Cristo, el movimiento tiene vida e identidad propia. Llamar criminal a Cristo porque los cristianos fueron y son criminales no tiene sentido; lo mismo a Marx. Ellos fueron los que recibieron la genialidad; supieron organizar las ideas que se les presentaron en sus mentes y luego, terminadas sus insignificantes vidas, nace un movimiento que recibe, utiliza e instrumentaliza esas ideas que heredaron de sus portadores ya muertos.
En el caso de Cristo, él ni siquiera escribió acerca de sus ideas porque probablemente no haya sabido escribir; pero, en el caso de Marx, que era estudiado, dejó tratados de economía que pusieron en evidencias serias fallas en el sistema capitalista burgués (El Capital) y destilò el Manifiesto del partido Comunista que, luego de varios ajustamientos a la vida real, llevò a mejorar notablemente el mundo donde hoy nos toca vivir (màs que nada a los ofendidos por esas fallas del capitalismo: los de abajo). Hoy vivimos el desmoronamiento del sistema capitalista como lo hemos conocido, con toda su brutalidad e inhumanidad, gracias a estos movimientos esclarecedores.
El hecho de considerar a Cristo un ser especial, hijo de Dios, el resucitado, el mesìas, etc. hace que mucha gente pierda de vista el inmenso valor de su obra genial como ser humano normal, de carne y hueso. Todos los demás atributos milagreros y celestiales los inventò el movimiento que, para hablar claro, que se haya muerto y que no haya sabido escribir les fue de una ayuda muy significativa.
Obviamente que logro comprender que estas deducciones y explicaciones mundanas no puedan ser compartidas ni asimiladas por aquellos que creen lo que el movimiento (el cristianismo) les inculcò; porque los han adormecido con el “opio del pueblo” (el opio era el anestésico de la época de Marx). No se dan cuenta que de esa manera deslucen el trabajo del “hombre” para atribuírselo a un “semidios”.
Yo logro admirar la obra extraordinaria del Genio moral de Jesùs pero, llenándola el movimiento con tantas babosadas, hacen que se desluzca esa obra; me resulta como que para admirar la obra de Jesùs debo ser como ellos y estar adormentado o ser minorado. No es asì; se puede admirar al hombre sin considerarlo celestial. Creer o no lo que el movimiento les inculca queda a gusto y responsabilidad del consumidor.
Saludos.