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Klauddia
No debemos perder de vista que Jesús era el Mesías, para el pueblo de Israel.
Él venía para ser el Salvador del pueblo de Israel, ese era el plan, y mientras Jesús vivió en la tierra, Él cumplió al pie de la letra la ley Mosaica.
Juan 1:11
A lo suyo vino, pero los suyos no lo recibieron.
El que los judíos no hayan recibido a su Mesías, nos benefició a todos los gentiles, es decir a todos aquellos que no somos judíos, pues el Plan de Salvación se extendió entonces para todos y Jesús llega a ser entonces el Salvador del mundo.
El pueblo de Israel fue el elegido por Dios para que sirvieran como pueblo para que de ellos naciera el Salvador y estos llevaran el Evangelio a todo el mundo.
Como rechazaron a Jesús y por lo tanto al Evangelio, se abre entonces el camino para que todo aquél que crea que Jesucristo es el Hijo de Dios, el Señor y Salvador, alcance vida eterna.
En el pasaje que se cita en el inicio de este tema hay puntos de suma importancia:
Lucas 18:20
Los mandamientos sabes: “No adulterarás; no matarás; no hurtarás; no dirás falso testimonio; honra a tu padre y a tu madre”.
Debemos entender que Jesús aun no había llegado a la Cruz del Calvario y no había realizado todavía el acto de Redención para el hombre, por lo tanto, las personas aún no recibían su salvación por medio del sacrificio de Cristo en la Cruz, así que, Jesús no debía contestar que sólo se alcanzaría salvación a través de su sangre, sino a través de la Ley Mosaica, pues ésta estaba vigente y era lo único con lo que el pueblo judío alcanzaba su salvación, ya que Jesucristo no había derramado su sangre para la salvación del mundo.
Sin embargo, versos más adelante, Jesús da una luz de lo que se tendría que hacer para alcanzar la salvación:
Lucas 18:22
Al oir esto, Jesús le dijo:
--Aún te falta una cosa: vende todo lo que tienes y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme.
En la última frase del verso está la clave, el seguir a Cristo, es el camino para la Salvación y vida eterna.
Por lo tanto, después del inigualable acto de Redención para el hombre realizado por Nuestro Señor Jesucristo en la Cruz del Calvario, no hay otra manera en que se alcance salvación, sino por la fe en Jesucristo, reconociendo su sacrificio y reconociendolo como Señor y Salvador y que resucitó y subió al cielo y está sentado a la Diestra del Padre.
Romanos 10:9
Si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor y crees en tu corazón que Dios lo levantó de entre los muertos, serás salvo.
No hay otra forma de alcanzar salvación más que con Jesucristo, no hay más.
Como consecuencia de tener a Cristo en tu vida, cumples como cristiano los mandamientos, si en verdad eres convertido a Cristo, no matas, no robas, no mientes, honras a tus padres, amas a Dios y buscas su Reino. Viene junto con pegado.
Bendiciones.