Yo SÓLO estoy de, digamos.., elemento del scénario (ni de publique, por supuesto!; y, mi amie es incapaz de usarme de, pongamos.., camarero de su salon cuando las visitas)...

¿Su amiga?

Bueno..; tendrá los treinta ya muy cumplidos y, a pesar de sus TITÁNICOS esfuerzos, se nota tela marinera y más. Sólo la conozco de vista (y muy poco, además) y mi amie, cuando nos la hemos encontrado por ahí, siempre la ha saludado efusivamente, le ha dado muchísima conversación..; pero, después, NUNCA me ha dicho ni cómo se llama y NUNCA me ha sugerido tuviese el más mínimo deseo de volver a verla {por tanto, damas y caballeros, yo, como comprenderán sin dificultad ninguna.., JAMÁS de los jamases le he mostrado ni la más mínima curiosidad por ella}. SORPRENDIDÍSIMA, pues, he constatado estaba esta mañana mi amie cuando, desayunando, su amiga (ella, displicente pero sin sorna, la adjetiva así) la ha llamado rogándole aceptase hablar con ella lo antes posible porque, ai làs!, estaba, se lamentaba.., "DESESPERADA".

¡Debía estar muy cerca, sí..!; porque, no había yo empezado a deslizar mantequilla danesa en su justa temperatura sobre mi segunda tostadita y todavía saboreaba mi amie su primera tostadita con su queridísima mantequilla rumana (¿por qué no me hará caso y deja de ponerle azúcar?, ¿por qué?) cuando ya estaba ante nosotros. Cierto: pelín sofocada; pero, es que hoy, en Lleida, estamos ¡a CUARENTA grados de canícula! y.., ¡lleva pantalones y media manga la, diríase a tenor del percal.., demente o así!

¡Oh, sí!; el aire acondicionado le devuelve la necesaria compostura..; lo suficiente para ¡hasta tomar un té! y poder conversar relajadamente sobre ¡el tiempo que hace fuera, por Dios bendito!, sobre si -como digo yo- la mantequilla rumana admite menos el azúcar aún que la mantequilla danesa o si -como dice mi amie- el azúcar en la mantequilla, sea rumana o danesa o lo que sea (mientras sea mantequilla comme il faut, claro está), es una cuestión de goût o, también, sobre el merecidísimo segundo Oscar de, tres veces la nariz en el suelo, Ingrid Bergman {por, ya saben.., la "Anastasia" del maestro Анатолий Михайлович Литвак; que, casualmente, habíamos visto los tres -la dieron ayer por la noche en un canal de la privée-}.

Mi amie, a su debido tiempo, me pregunta cuándo le voy a grabar lo que -aunque, ¡naturalmente!, no lo digo- descubro tengo que grabarle y, al alimón, me sugiere hacerlo ahora y, ojo al dato.., en la tele de ahí mismo (por si, dice.., tengo que decirle algo en algún momento al respecto) mientras ellas dos, en fin.., hablan de sus cosas...

Yo, que me tengo por haber tenido abuelos/as comme il faut y haber tomado buena nota de sus enseñanzas, rápidamente capto. En consecuencia, me alejo del balcón cubierto pero NO me voy de la estancia (está tan claro como el agua destilada destinada a heroinómanos/as de purísima sangre azul y sin ni gotica de tendencias suicidas o así que mi amie desea que su amiga no sé, digámoslo así.., apalanque ni, ¡menos!, le dé el coñazo más de lo estrictamente preciso).

Se trata de su cría.

Ahí es donde cubico que, en fin.., será, no lo dudo.., su amiga; pero, ¡vamos..!, lo que es conocer a mi amie la conoce como sabe del momento en que tendrá que ir a rendir cuentas a las alturas. RIEN, vaya.

¡Irle con problemas de camadas ni más ni menos que a mi amie!; ¡si ya se NIEGA en redondo a escuchar problemas de su camada!

En pocas palabras: está divorciada, La cría -de 13 años ya- vive con ella (en un piso que se compró cuando se separó y por el que paga unos 600 € de hipoteca) y va a un cole que, ¡por lo menos!, merece el nombre de tal (otros 600 € mensuales -aparte matrículas, vestuario, libros y demás, actividades no lectivas, etc.-), recibe de su ex 900 € mensuales {que, como está cobrando desde hace más de un año el subsidio de desempleo -toda la vida ha sido chupatintas y tiene más de 40 años..; lo tiene, pues, FATAL-, ha tenido que ir a vivir con sus padres porque, compréndanle.., con menos de 200 € que le quedan.., ¡ya me dirán..!} y hace un año que se le ha terminado el subsidio de desempleo a ella (¡su curriculum se reduce a "dependienta de comercio a tiempo parcial"!) y cobra, exactamente, 426 € mensuales sin pagas extraordinarias.

El móvil de la cría se lo dió la abuela materna (una viuda que cobra unos 600 € mensuales y paga de alquiler -¡afortunada que es porque su contrato es de hace la tira!- unos 200 € mensuales); que, sí, prefirió quedarse sin móvil ella (y, además, pagar el consumo del móvil de la cría) a seguir escuchando los lloros de su hija, "DESESPERADA" -le aseguraba...- porque ¡la cría pudiese traumatizarse por no tener móvil!

Mais, ahora viene el meollo; la CLAVE, en definitiva...

Resulta, damas y caballeros, que el móvil de la abuela es MUY antiguo.

Resumiendo: la amiga de mi amie fué llamada ayer por la tutora de su cría. Al parecer, mes amis/es, se habían detectado "problemas"...

Y, la tutora le comentó que el móvil de su cría era COMPLETAMENTE distinto del móvil que, sin excepción, tenían las otras alumnas; que, en fin.., NO tenía las mismas prestaciones y tal y tal. Pronunció la palabra, sí: era un aparato DEMASIADO barato.

La amiga de mi amie, desbordadísima, insistía: estaba "DESESPERADA". ¡Si ella no estaba en situación de, si se averiaba, cambiar el fluorescente de la cocina!

¡Oh, sí!; mi amie se la ha sacado de encima rápidamente: le ha asegurado que su primo -tiene una muy próspera tienda de móviles y demás- le vendería a los plazos que ella pudiese afrontar el más MÁS de los móviles en el mercado y, para que no le cupiese duda alguna, también lo ha llamado solventándolo delante de, et voilà!, la ya ex-"desesperada".

No, damas y caballeros: no nos hemos reído juntos de todo esto.

Mi amie, ella sabrá la razón.., ha cercenado de cuajo cualquier posibilidad, ni aun la más remota, de ello cuando, tras acompañar amablemente a su amiga a la puerta, ha vuelto y, cambiándome el cenicero, me ha indicado que NO quería ni el más mínimo comentario versus la visita y tal y tal.

Y, ya saben.., Roma locuta causa finita.

Siempre, en cualquier caso, a su disposición, my dears.

Jaume de Ponts i Mateu